El programar explícito está imprescindible especialmente en el caso que el producto consiste en varias piezas que se tienen que hacer en lugares diferentes. Además, en muchos campos de la producción la compañía consigue una ventaja sobre competidores si puede entregar el producto rápidamente. Esta meta se puede alcanzar a veces por la ingeniería concurrente, es decir traslapando algunas fases de la producción.
Fijar las blancos temporales para la producción es una técnica poderosa de la gerencia. Es fácil definir blancos exactos de tiempo, medir y seguirlas. Los objetivos así a menudo se alcanzan exitosamente, pero hay el riesgo usual de la gerencia por objetivos - olvidarse esas metas que no se pueden medir.
Otra trampa que se debe evitar en la programación es que en el entusiasmo inicial de un proyecto el objetivo temporal puede llegar a ser demasiado acelerado, que entonces puede estropear las posibilidades de trabajo de alta calidad. Especialmente la fase del diseño de productos a menudo necesita un período - la longitud de que puede ser imposible predecir - de la maduración subconsciente de la propuesta, y si no se permite, un diseño óptimo quizás nunca se encuentra.
